LA BRUJULA DEL CONTINENTE

Cuba se renueva ante los ojos del mundo y del pueblo cubano. Está cambiando pero la esencia sigue intacta. En los últimos años los medios de información y la  superficial mirada de algunos periodistas intentaron instalar títulos que hablan del fin de la revolución, de la llegada inminente del capitalismo, de la insatisfacción de los jóvenes.  Debo decir que la realidad está muy lejos  de esos intentos de tapa.

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Camino por Santiago de Cuba, Baracoa, Las Tunas, Holguín es decir por la zona oriental de la Isla. Hablo con la gente, visito museos, recorro las calles.  Santiago es maravillosa y no sólo porque gran parte de la historia de Cuba tiene que ver con esa provincia (allí nació Martí, se crió Fidel, el cuartel Moncada y la granjita de Siboney, la casa de la Trova, etc) sino porque en octubre de 2012 el huracán Sandy la desbastó e increíblemente resurgió pero no por obra y gracia de nadie sino por  la solidaridad misma de los santiagueros que no dormían para reconstruirla. Aún se escuchan las historias de aquel vecino que vió volar su techo, del otro que  habiéndolo perdido todo al día siguiente acercó su grabador para acompañar con música el arduo trabajo que había por delante pero que se haría bailando. Y así,  las voces se repiten y es raro de entender  que ese desastre natural haya sucedido hace tan poco porque levantaron a Santiago de Cuba, otra vez. Uno puede observar las copas de los árboles deshechas, techos hechos recientemente e incluso otros todavía sin arreglo, algunos lugares cerrados (pocos) y personas aun trabajando en la reconstrucción pero lo que ves es compromiso y solidaridad.

Santiago de Cuba

Esta crónica comienza allí, en Santiago. Entre reconstrucción y son Cuba se abre ante mis ojos. No tengo elementos comparativos para evaluar Oriente porque es la primera vez que allí estoy pero lo que veo es revolución y evolución. Este último término invadió mi cabeza durante casi todo el viaje. Evolución.   La gente habla con quien quiera oírlos, la amabilidad creo que es una característica de los santiagueros. Caminar por Santiago es caminar por la historia de este increíble país.

El viaje seguía y Baracoa (Guantánamo) me desnudó. La exótica vegetación y la cantidad de ríos que tiene la hacen única dentro de Cuba. Allí todo parece que está para ser descubierto.  Baracoa merece bastante más tiempo del que yo disponía. Volveré.

Las Tunas y Holguín. Ya mas cerca del centro de Cuba. La gente igual de increíble que en el resto de las provincias.  Bellos lugares, increíbles playas y mucha cultura. Una característica bien cubana. Después,  las paradisíacas playas de Santa Lucía  e inmediatamente Camagüey, la ciudad de los Tinajones y el lugar donde nació Nicolás Guillén. Los camagueyanos desbordan de cultura y de estímulos musicales y artísticos en general. Y sigo.

Una vez en La Habana empecé a ver cambios referidos a la “apertura del mercado”.  Y no es que no se viesen en Oriente sino que como dije antes no conocía, pero La Habana la camino de memoria. Es la quinta vez que allí estoy así que es donde elijo detenerme. Hay muchos paladares, que son lugares privados (es decir de particulares) que ofrecen almuerzos y cenas. Hay muchas más pizzerías tanto en moneda nacional (peso cubano) como en CUC (peso convertible); peluquerías, panaderías, casas de artesanías, etc. Efectivamente hay más comercios, hay más movimientos y hay mas consumo, lo cual es muy positivo. Era un reclamo pero también una necesidad y está funcionando. Debemos entender que hablamos de Cuba y no de otro país. Cuba tiene su propio sistema político con un sistema electoral único en el mundo. Y ahí todo cambia. Uno cualquiera llega a La Habana y ve comercios, sobre todo gastronómicos, por todos lados… y funciona.  Cuba cambió en cuestión de economía, es algo tangible.

Sigo caminando las calles habaneras y es sorprendente el cambio a nivel comercial, aunque la libreta y en consecuencia de bodega siguen existiendo, lo que está muy bien porque Cuba está atravesando un proceso económico y mientras dure deberán coexistir estas situaciones. Da la sensación que el Estado como tal deja se asumir ese rol paternalista que durante todos estos años lo caracterizó aunque sin vulnerar los derechos de nadie y los logros adquiridos. Empieza entonces a crecer un sector privado (PYMES y/o cooperativas) que paga los impuestos que determina el Estado según su rubro.

En La Habana sí se habla de Chavez. No mucho pero se habla aunque  no tanto de su salud (mientras estuvimos allí el Comandante fue a Venezuela a continuar el tratamiento) sino del cable submarino que mejorará las comunicaciones virtuales, teniendo en cuenta que Cuba tiene un ancho de banda de 323 megabits por segundo por vía satelital dado que el bloqueo que establece Estados Unidos sobre la Isla impiden que acceda a alguno de los cables que pasan cercanos a las costas. Este famoso cable es de fibra óptica y si bien el acuerdo se firmó en 2007 está operativo desde agosto de 2012 y permanece aún en etapa de prueba.  Los cubanos ven en la Venezuela de Chavez a un aliado. Más allá  de la concepción política de cada uno, en su mayoría reconocen los esfuerzos del gobierno bolivariano por colaborar con Cuba y su pueblo.

La propaganda oficial nos explica qué pasa con los Cinco Héroes, presos injustamente en los EEUU, y cómo estamos en pleno proceso electoral encontramos el CV de los candidatos en cientos de vitrinas.  Los tacos altos de las mujeres, las uñas largas y cuidadosamente pintadas, los niños de la escuela primaria con su uniformes bordó y los pañuelos que cambian de color a partir de tercer grado. Estos muchachitos, el primer día de escuela dicen: “¡Seremos como el Che!”.

Quien me escucha hablar, pregunta: “¿Argentina?” e inmediatamente aparecen Messi, Gardel y Maradona en ese orden. Son más los hombres los que hacen algún comentario referido a nuestra presidente de quien hablan con cierta admiración aunque se note en Cuba cierta prevalencia machista, contrario esto último a la participación estratégica que tuvieron y tienen las mujeres en la realidad política y revolucionaria de Cuba.

CubaMe siento a tomar una cerveza con una pizza de 10 pesos de moneda nacional. Me estoy yendo de este país con la extraña seguridad que pronto volveré y digo extraña porque no hay nada que indique eso. Es más bien un deseo manifiesto, o no. Quizás sea porque Cuba es un poco de todos los latinoamericanos y entonces queda en esa Isla un recuerdo de nuestro presente allí, de este pasado y del futuro de hay que alcanzar.

Cuba es grande y se abre camino. Nos enseña e indica al resto de esta tan maltratada América Latina el sendero que podemos sembrar. Cuba ofrece al mundo sus vacunas, ostenta un índice de alfabetización pleno y registra la tasa de mortalidad mas baja de todo el continente. Son datos que hablan de un Estado preocupado por su población y de un pueblo absolutamente digno.  No veo ningún indicador que marque un fin de esta revolución que ya lleva 53 años. En Cuba hay revolución para rato.-

 

Texto: Jimena Riveros  // Fotos: Jimena Riveros